Jueves 12 de Noviembre de 2009, 10:41

La Iglesia pidió "cohesionar y pacificar al pueblo argenti

| El Episcopado argentino pidió que los gobernantes actúen para "cohesionar y pacificar al pueblo argentino". Los prelados, con el cardenal Jorge Bergoglio a la cabeza, se pronunciaron con esas palabras al celebrar los 25 años del Tratado de Paz y Amistad entre la Argentina y Chile, que se conmemorarán el próximo 29 de noviembre.

En una declaración dada a conocer ayer en horas de la tarde, subrayaron que ese tratado dispone "la obligación de solucionar siempre todas sus controversias por medios pacíficos". Y pidieron que esos principios sean "inspiradores también en el presente para la conducta de los ciudadanos y de los diversos sectores sociales, y para las políticas que han de adoptar las autoridades a fin de cohesionar y pacificar al pueblo argentino, y celebrar con verdadera alegría el próximo jubileo de la Patria", en referencia al Bicentenario de la Revolución de Mayo. "Los argentinos y chilenos nunca agradeceremos suficientemente a Dios haber evitado la demencia de la guerra y mantenido el don de la paz. Puede ser que todavía no hayamos medido de manera cabal el abismo en el cual estuvimos a punto de caer. E incluso que no hayamos valorado en plenitud los amplios campos que se han abierto para la cooperación e integración de nuestros pueblos, y cuánto podemos aún beneficiarnos", subrayaron. En el marco de la 98ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, los obispos destacaron así la vigencia del Tratado de Paz y Amistad entre la Argentina y Chile, de cuya firma se cumplen 25 años. En ese contexto, se mostraron a favor de "recordar agradecidos la figura del Papa Juan Pablo II, quien, recién elegido para el ministerio del Supremo Pontificado de la Iglesia, tuvo la audacia de asumir la difícil tarea de Mediador -entre la Argentina y Chile- que se le pedía, nombrando para ello al Cardenal Antonio Samoré". "Junto con ellos, queremos hacer memoria de los obispos chilenos y argentinos que nos precedieron, en especial del Cardenal Raúl Francisco Primatesta, los cuales, valorando el inestimable bien de la Paz, lograron con santa obstinación abrir el único camino que quedaba para preservarla: la mediación del Papa", señalaron. Según los obispos, "mirada a la distancia, la mediación de Juan Pablo II es mucho más que una acción pacificadora entre dos países litigantes iniciada hace más de treinta años, y concluida exitosamente hace veinticinco", ya que se trata de "una fuente perenne de inspiración de alta política internacional". Señalaron al respecto que se debe primero "buscar las coincidencias antes que las divergencias" y también "cooperar entre las naciones".