Viernes 16 de Mayo de 2008, 20:40

La Presidenta exhortó a que se avance en energía, clima

| Durante su discurso en el panel sobre "pobreza, desigualdad e inclusión", en Lima, pidió que la cumbre de mandatarios "no sea una reunión diplomática más" y resaltó como temáticas a abordar la "energía, la producción de alimentos, y los cambios climáticos". Para el Canciller Taiana la clave está en el fortalecimiento del mercado laboral, por supuesto no el que brinda cualquier clase de trabajo sino un trabajo decente, respetuoso de los derechos reconocidos por nuestras Constituciones y por los organismos multilaterales.


La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aseguró que "debe haber una alianza y articulaciones entre países emergentes y desarrollados" y señaló que "debemos hacer una sinergia con Europa" al disertar en la V Cumbre de presidentes de America Latina, el Caribe y Europa. La jefa de Estado señaló que "debemos hacer una sinergia con Europa" y subrayó que "Argentina es una productora de alimentos". Cristina exhortó también a que la cumbre de mandatarios que se reune en Lima "no sea una reunión diplomática más" y resaltó como temáticas a abordar la "energía, la producción de alimentos, y los cambios climáticos". La presidenta afirmó luego que "los ciclos económicos no son eternos" y en ese marco aseguró que "por eso tenemos una oportunidad extraordinaria porque somos productores de alimentos". "Los ciclos económicos no son eternos. Hoy tenemos una oportunidad extraordinaria porque somos productores de alimentos" y dijo que en referencia a los países europeos que "para ustedes también es una oportunidad porque nosotros necesitamos los avances tecnológicos que tienen ustedes", explicó Cristina. Luego de remarcar las ventajas que tiene el país para producir materias primas, la presidenta pidió establecer "una alianza estratégica" con los países desarrollados para combatir los problemas que genera el aumento de precios internacionales de los alimentos. "Europa y América Latina deben advertir que cualquier alianza entre ambos debe servir a los habitantes de esas regiones y tiene que ser aceptada y vivida como exitosa", subrayó la jefa del Estado. Cristina dijo también que "creo que la forma de articular entre la comunidad europea y América Latina es advertir que las próximas alianzas tienen que servir a ambos", señaló la presidenta, en un tramo de su disertación en la V Cumbre de la Unión Europea y América Latina y el Caribe. "El objetivo de acuerdos y alianzas es cada latinoamericano tenga la misma oportunidad", subrayó la presidenta. [b]El discurso del canciller Jorge Taiana [/b] "El desarraigo y aún la discriminación, que muchas veces conlleva la inmigración, sólo se soportan a partir de la esperanza de un futuro mejor que se deposita en la tierra elegida. Los europeos de fines del siglo XIX y principios del XX seguramente lo pensaron así cuando emigraron hacia América. Y no se equivocaron. Sin querer simplificar la compleja problemática de las migraciones y sus consecuencias políticas y sociales, es necesario observarlas en cuanto fenómeno económico en el contexto global. Me disculpo por el reduccionismo que exige este tipo de disertación, peroen tanto los países pobres, pero muy especialmente los emergentes, no logren cabida para sus productos en el mundo desarrollado, no habrá principio de solución para la migración masiva. Y esta es la situación que mejor caracteriza a los países latinoamericanos que viven en democracia. Sus emigrantes no lo son ya por razones de persecución política o religiosa, guerras civiles o étnicas, como desgraciadamente ocurre en otros continentes. Nuestros emigrantes se van de sus países por razones económicas, para conseguir trabajo o lograr el anhelado ascenso social para sus hijos y que su tierra aún no puede darles. Ustedes saben que en los últimos años, nuestra región ha hecho importantes esfuerzos para sanear sus economías, reducir sus déficits, disminuir el desempleo y terminar con las crisis de la deuda externa. En general, las economías de nuestros países se encuentran creciendo sostenidamente y nuestros gobiernos hacen importantes esfuerzos para atraer inversiones, al tiempo que promueven que cada vez más gente acceda a los bienes y servicios públicos. Sin embargo, no podemos quedarnos satisfechos con eso. La distribución de la renta y la reducción de la brecha social son objetivos insoslayables pero de lenta obtención. Es imprescindible para nuestros países aprovechar este momento de la economía global que nos favorece en tanto países ricos en recursos naturales y así transformar nuestras economías, industrializarnos, generar valor agregado e ingresar en un círculo virtuoso que retenga a su gente donde han nacido. Quienes compartimos este encuentro reconocemos que la globalización nos impide abordar este tipo de problemáticas unilateralmente. Esto nos lleva a los Estados y a sus gobiernos a asumirnos como co-responsables, tanto en el caso de los países de origen como en los de destino. Las historias y los valores que compartimos, especialmente aquellos ligados a los derechos humanos, facilitan no sólo el diálogo sino la construcción de soluciones que puedan satisfacer a ambas partes, pero en especial a quienes son sujetos de este fenómeno. En este sentido, lo que esperamos de Europa como fundamental socio estratégico, es que oriente sus políticas públicas en cooperar aún más para mitigar las causas que generan el fenómeno migratorio en los países de origen y no en castigar a las víctimas de esta situación. En tanto no se puedan evitar los éxodos que ni sus protagonistas ni el mundo desean, es imprescindible asegurar la vigencia de los derechos humanos, evitando cualquier forma de injusticia e intolerancia, entre las que la privación de la libertad se constituiría en una de las más graves. Europa y América Latina ya han pagado un alto precio durante el siglo XX al relativizar la vigencia de los derechos humanos en virtud de una supuesta mayor seguridad. Confío en que estamos atentos y sensibles a cualquier expresión o acción que remita a ese pasado que nos avergüenza. Debemos tener presente que el desarraigo, la ruptura de lazos familiares, la desprotección del marco social propio, son de por sí algunos de los dramas más profundos que puede sufrir una persona. La clave hoy está en el fortalecimiento del mercado laboral, por supuesto no el que brinda cualquier clase de trabajo sino un trabajo decente, respetuoso de los derechos reconocidos por nuestras Constituciones y por los organismos multilaterales. Debemos estar especialmente atentos, tanto en América como en Europa, sobre la existencia de organizaciones ilegales e inescrupulosas que medran con la desesperación de quienes ven la emigración como su última posibilidad de progreso. Es imperativo terminar con el tráfico de personas. Si quienes compartimos este destacado espacio de diálogo nos reconocemos como co-responsables, habremos dado un paso fundamental para encontrar una solución que nos satisfaga a todos. Los países menos desarrollados confiamos en que la generosa cooperación europea, la transferencia de nuevas tecnologías y la mayor fluidez en nuestro intercambio comercial sean pilares básicos para que nuestra gente encuentre trabajo, educación y bienestar en su propia tierra. Si esto se suma al crecimiento económico sostenido que con cierto ritmo parece vamos a seguir gozando en nuestros países, y a los esfuerzos por aumentar la producción de bienes con valor agregado, podremos no solo disminuir los flujos migratorios sino promover incluso un retorno voluntario digno y sustentable para todos. Me permito hacer estas observaciones, desde la realidad de mi país -la Argentina- que principalmente se caracteriza como país receptor de inmigrantes. Salvo la oleada circunstancial de compatriotas que eligió especialmente como destino a Europa, luego de que estallara la grave crisis económica y política de 2001, históricamente hemos sido un país de acogida. Desde 1880 hasta muy entrado el siglo XX fueron masivas las llegadas de europeos a nuestro país, ya fuera por razones económicas o huyendo de guerras o por persecuciones políticas y xenófobas. Más tarde fue creciendo la llegada de ciudadanos de otros países latinoamericanos, principalmente limítrofes, a los que más recientemente se suman contingentes de ciudadanos de países asiáticos. La Argentina se ha caracterizado desde los orígenes de su organización nacional como una nación generosa con todos los hombres del mundo que quieran habitar su suelo, tal como lo dice nuestra Constitución Nacional. Para honrar ese principio que nos acompaña desde entonces, es que la Argentina ha avanzado en la vigencia de una nueva legislación que pone en práctica el denominado Programa Patria Grande. Dicho programa de normalización documentaria consiste en facilitar la regularización de la situación migratoria de los extranjeros nativos de los Estados Parte del MERCOSUR y de sus Estados Asociados, simplificando la tramitación para acceder a una residencia legal en nuestro país. A su vez esto asegura la posibilidad para los inmigrantes de ejercer sus derechos laborales y no ser víctimas del mercado negro. Desde su inicio en el año 2006 hasta el día 8 de este mes, por el Programa Patria grande se iniciaron 456.072 trámites a partir de los cuales ya se han emitido un total de 416. 458 residencias precarias. Con ellas los solicitantes pueden permanecer, salir y reingresar a la Argentina; estudiar y obtener el CUIL provisorio para trabajar legalmente. A partir de esto deben completar los demás requisitos necesarios para obtener la residencia definitiva. Si discriminamos estas cifras por sexo veremos que del total de residencias otorgadas, hay 4.243 mujeres más que hombres. De este modo la Argentina retroalimenta tres de sus valores más preciados: respeto por los Derechos Humanos, no discriminación y fortalecimiento de la integración regional. Si nuestro país, con las marcas recientes de una grave crisis, ha podido encontrar con creatividad la forma de hacer prácticos los derechos enunciados, no podemos menos que confiar en que este foro que nos encuentra aquí reunidos produzca las propuestas necesarias para terminar con las causas que generan la necesidad de emigrar y las consecuencias negativas que produce este fenómeno, principalmente en sus protagonistas, pero también en los contextos de los países emisores y receptores". Fuente: Télam.