Miércoles 11 de Abril de 2007, 14:05

La "modernización" de los ferrocarriles argentinos

| Arribó al país parte del material ferroviario que el Estado argentino adquirió a España para modernizar el parque ferroviario existente en nuestro país. Se trata de material usado, adquirido a los ferrocarriles españoles, pero su estado es tan o más lamentable que muchos de los vagones y locomotoras que se deterioran a la intemperie en distintos lugares del país.

El material español fue utilizado en la península ibérica entre los años 70 y 80 y fueron depositados por un barco en el Dock Sud del puerto de Buenos aires y en la Terminal 3. Son dos locomotoras modelos General Electric modelo U-10, tres locomotoras Henschell, coches de pasajeros Modelos 9000 y 10000 (de clase primera, segunda y bar) y triplas de coches motores Modelo 593, los mismos que la empresa TBA quiso incorporar hace más de 10 años y que no les fue permitido por los organismos del Estado controladores de las privatizaciones. En particular estos coches motores son algo complicados en su funcionamiento, debido a que cuentan con cinco motores que funcionan en forma paralela y ese esquema, algo obsoleto para la dinámica ferroviaria actual, le generó muchos problemas a los mecánicos que trabajaban en la empresa española RENFE, propietaria de los mismos. Según explicó el periodista especializado en transporte ferroviario y editor de la revista Crónica Ferroviaria, Carlos Salgado, “este material, por lo que se pudo apreciar a simple vista, pereciera ser que permaneció mucho tiempo a la intemperie, no menos de 4 ó 5 años. Algunos de los coches están muy deteriorados, en alguna u otra medida, con perforaciones, graffitados e incluso hay vagones que tienen sólo 2 o 3 asientos en su interior”, detalló. El periodista, expresó que los vehículos llegaron al país “envueltos en nylón”, pero a algunos se los quitaron y se podían ver las condiciones que describo, pero los que lo poseían se encontraban en igual forma que los que no tenían dicho envoltorio. Salgado se preguntó ¿por qué importar material usado en las condiciones en que se encuentran estas unidades, habiendo en playas de diversas estaciones en distintos puntos del país, vagones y locomotoras nuestras aún en mejor estado?. El periodista especializado en temas ferroviarios indicó que solamente en los talleres ferroviarios de Junín hay más de 70 coches Materfer y algunos Werkspoor, que pueden ser perfectamente reparados, y la calidad de los mismos no se pueden comparar con los adquiridos en España, no solo por lo robustos sino por sus características”. No obstante Salgado aclaró que algunos de los coches que llegaron al país vinieron con los boggies que le permiten al tren circular a 160 km/hora, pero advirtió que para que puedan ponerse en funcionamiento, será necesaria una reparación minuciosa que va a llevar bastante tiempo. Y manifestó además que las tareas de reparación y reacondicionamiento del material rodante se puede realizar en talleres de cooperativas de trabajadores ferroviarios, como el de Junín, o Laguna Paiva, o Tafí Viejo en Tucumán, o en Pérez, provincia de Santa Fe. Todos estos pueblos netamente ferroviarios que, de recibir las órdenes de trabajo por parte del Estado Nacional, se verían obligados a tomar mano de obra, lo que redundaría en un beneficio directo a las localidades donde están radicados estos emprendimientos, además de incorporar al alumnado de las escuelas técnicas que ganarían en conocimientos y capacitación. Para un país netamente ferroviario, como la Argentina, pionera en esta materia en América, el estado actual de la red de vías y del material rodante en funcionamiento, es una verdadera vergüenza. Sin embargo, en más de 20 años, es la primera vez que un gobierno pone el tema del ferrocarril en el tapete, aunque hasta el momento sin un proyecto serio respecto a qué clase de ferrocarril queremos y esto al parecer es una responsabilidad directa de la Secretaría de Transporte de la Nación. En ese sentido suena como un despropósito la resolución oficial de hacer un tren de alta velocidad entre Buenos Aires y Rosario cuando el resto del sistema, o lo que queda de él, es viejo, con más de 50 años de antigüedad y trenes que no pueden circular a más de 50 kilómetros por hora. Tal vez sería más conveniente destinar esos fondos a una reparación general de los ramales troncales de las líneas ferroviarias para así poder tener trenes de pasajeros a 120 kilómetros por hora punta a punta. Siguiendo la línea de los países más desarrollados, hay que reestablecer lo antes posible la mayor cantidad de servicios ferroviarios en todo el país, trabajar en un proyecto sobre el medio de transporte que queremos y luego sí, una vez obtenido éste, pensar en un tren “bala” como el descrito más arriba. Actualmente solamente Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Río Negro y Tucumán mantuvieron los servicios, de una u otra manera mientras el resto del país se plegó a las medidas que defenestraron el sistema ferroviario allá por la década de los 90. Comprar material tan obsoleto como el que existe en el país, no ayuda a solucionar el problema de fondo. Fuente: diario El Libertador.