Miércoles 20 de Septiembre, 18:57

La tasa de desocupación bajó siete décimas

Economía | Las tasas de actividad y empleo en 31 aglomerados urbanos se ubicaron en 47,6% y 44,6%, respectivamente, en el 2° trimestre de 2023. Y la tasa de desocupación, que se calcula sobre la población económicamente activa, fue de 6,2%.


La tasa de desocupación del segundo trimestre de 2023 se ubicó en el 6,2%, lo que representó una baja de siete décima respecto al 6,9% registrado en igual período del año pasado, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censo.

Respecto del primer trimestre la baja es la misma, ya que la desocupación había marcado 6,9%. En tanto, el desagregado de desocupación por género se ubicó en el 6,9% para las mujeres, y el 5,7% para los varones.

Entre las regiones, las que mostraron la mayor tasa de desempleo fueron la Pampeana y Gran Buenos Aires, con 6,8% y 6,7%, respectivamente, mientras que la región con menor tasa fue Cuyo (4,1%). Sobre el nivel educativo de las personas desocupadas, 68,3% cuenta con hasta secundario completo, y el 31,7%, con nivel superior y universitario, completo o incompleto.

Respecto al tiempo de búsqueda, 66,4% lleva buscando empleo entre 1 y 12 meses, mientras que 33,6% lleva más de un año. La tasa de empleo cedió de 0,4 p.p., al ubicarse en 44,6%.

Dentro de esta población, el 74,2% son asalariados, y 36,8% de ellos no cuenta con descuento jubilatorio. Por otra parte, 22,3% trabaja por cuenta propia, 3,2% son patrones y 0,3% son trabajadores familiares sin remuneración.

Hacia el interior de los empleados se destacó la creación de 401.000 puestos de trabajo formales respecto a un año atrás, lo cual se conjugó con una baja de 205.000 puestos de trabajo independientes y otros 10.000 puestos asalariados informales.

Con relación a la población ocupada, la EPH destaca el aumento de la tasa de ocupados demandantes, que pasó de 14,8% a 16,2%.

De esta manera, según INDEC, en Argentina aumentó la cantidad de personas que buscan más de un trabajo para poder mantenerse.

El último informe, de fines de agosto, de la consultora Ecolatina indicó que en Argentina el 10% de los trabajadores tiene más de un empleo y se observa un crecimiento del 25% desde comienzos de 2018.

En este sentido, el EPH mostró un aumento de la tasa de ocupados demandantes de 1,4 p.p., que se explica principalmente por la proporción de subocupados demandantes, que aumentaron su participación en 1,1 p.p. (de 6,3% a 7,4%).

En esa línea el mercado laboral está caracterizado por la pérdida del salario real, este 2023 vamos a estar frente al sexto año consecutivo de pérdida del salario, versus la inflación.

El pluriempleo no necesariamente está asociado al objetivo de apuntalar los ingresos para evitar caer bajo la línea de pobreza.

También está vinculado a la necesidad de sostener determinado nivel de vida, ya que muestra un crecimiento marcado en deciles más altos.

De esta manera, el problema no es de empleo sino de calidad del mismo: ingresos bajos estimulan la participación en el mercado de trabajo y lo que no ajusta por cantidades no solo ajusta por precios sino que también por bienestar, reduciendo tiempo de ocio y de educación, por ejemplo.

El fenómeno del pluriempleo esconde dos factores negativos: por un lado, la baja de los ingresos y por el otro, la calidad de los empleos.

En primer lugar, los ingresos de los trabajadores continúan deprimidos (acumulan un retroceso cercano a 20% desde 2017) y continuamente son puestos en jaque con una inflación que no da tregua.

En segundo lugar, la calidad del empleo aparece también en el centro de la escena.

Desde 2018 sólo uno de cada cuatro empleos creados fue bajo la categoría de asalariados registrados, el resto operan bajo la informalidad y/o cuentapropismo.