Los actos del Gobierno y el campo, en paz, fortalecen y oxigenan al si
| La gran noticia de este “supermartes” a la Argentina tras la realización de los dos actos convocados por el Partido Justicialista, en la Plaza de los Dos Congresos, y por la dirigencia agropecuaria, en la zona del Monumento de los Españoles, en Palermo, fue que ambos emprendimientos se desarrollaron en paz y sin encontronazos en las calles porteñas.
No es un dato menor si se considera que el conflicto del Gobierno y el campo ya se consumió 126 días en la vida de los argentinos, lapso en el que la pirotecnia verbal fue en aumento, y hasta de manera absolutamente reprochable fueron ganando lugar los escraches y agresiones con huevazos por parte de los productores de distintos puntos del país contra legisladores que votaron en respaldo del proyecto del oficialismo sobre retenciones móviles.
Esta vez, en los actos predominaron los desafíos verborrágicos y los desaciertos por parte del ex presidente y titular del Partido Justicialista nacional, Néstor Kirchner, al comparar el comportamiento de los productores impulsores de esos escraches como virtuales “grupos de tareas”, lo que significa una torpe y exagerada magnificación de esos hechos que rememoran procedimientos de los años de plomo que no son nada, pero absolutamente nada, comparables a las actitudes -aunque por demás equivocadas- de los hombres del campo.
Lo mismo que la tan torpe referencia de Alfredo De Angeli al ex mandatario que, según el líder de la Federación Agraria de Entre Ríos, conduce al país "desde una sala de máquinas de una embarcación que va camino a estrellarse y nosotros tenemos que impedir que eso suceda", que valió desde los partidos de la oposición el rechazo, por caso, de la senadora María Eugenia Estenssoro, quien opinó que esas expresiones habría que evitarlas.
Hubo una jornada en paz más allá de algunas peleas de barras características en actos del PJ, pero que no fueron más que escaramuzas. El país transita por una etapa de conflicto que originó el deseo de muchos débiles mentales de que se produjeran incidentes entre manifestantes de los dos actos de este martes y, no por fortuna, sino por madurez de todos, prevaleció el clima de paz, como debe ser en un sistema democrático.
Esa fue la sensación que imperó tras el desarrollo de las movilizaciones. Con todas las diferencias que los separa; con todos los reproches cruzados; con las exageraciones de Néstor Kirchner a la hora de los planteos contra la dirigencia agropecuaria a la que demoniza y denosta hasta la exasperación; con la equivocada y grave inclinación por parte de los hombres del campo a no aceptar que las políticas económicas las debe fijar el Estado; y con 126 días en los que la mayor preocupación del Gobierno y los dirigentes rurales asemejó a una puja por demostrar "quién es el que la tiene más grande y larga", pese a todo, la jornada de este “supermartes” a la Argentina transcurrió en paz.
Ojalá sea la misma paz que logre prevalecer con la aceptación del resultado de la votación de la sesión programada para las 10 de la mañana de este miércoles.
Ojalá, por un lado, se acepte el resultado y, por otro, que la votación sea producto de la decisión de senadores a los que no se someta a ningún tipo de presiones desde el oficialismo ni desde las entidades agropecuarias.
Este martes se demostró que pueden dirimirse desde dos palcos y adherentes muy diferenciados una discusión sin incidentes ni desbordes. Por fin. Es un síntoma de madurez que merece ser destacado, más allá de que las diferencias entre el gobierno y el campo sean cada vez más irreconciliables.
Fuente: Pedro Noel Romero, de la redacción de agencia Nova.