Lunes 10 de Mayo de 2010, 11:38

Los kelpers dicen prepararse para una eventual invasión argenti

| La Argentina siempre condicionó todo exclusivo diálogo con el Reino Unido a una negociación sobre la soberanía de las islas.

Tras los anuncios de la petrolera británica Rockhopper Exploration, el gobierno isleño de Malvinas salió a advertir “que están preparados para disuadir” a nuestro país en caso de una escalada militar que, por otra parte, el Gobierno argentino descartó por completo. El miembro del Ejecutivo isleño, Jan Cheek, acusó a la Argentina de “interferir” en la economía de las Malvinas y advirtió que las islas tienen una fuerza militar “lo suficientemente grande” como para disuadir a nuestro país ante cualquier “intento de invasión”. La altisonante y amenazante declaración del directivo isleño puede juzgarse más como una provocación que como una prevención atendible y razonable. En lo que concierne al anuncio de Rockhopper Exploration, en la industria petrolera juzgan aventurado el optimismo evidenciado ante el hallazgo de vestigios de crudo, cuya magnitud no puede todavía de ninguna forma determinarse. Ese comportamiento empresarial no tiene antecedentes en ninguna compañía petrolera de trayectoria cuyos descubrimientos geológicos siempre fueron el resultado de una tarea de años y pormenorizados estudios que nunca pueden arrojar resultados concluyentes en un lapso de treinta días. Lo que sí resulta evidente es que los hallazgos son más motivo de especulación y presión política que el producto de una madurada y minuciosa exploración. La falta de seriedad tanto de la petrolera como del ejecutivo isleño parece más propiamente una reacción histérica que el balance de una ajustada evaluación exploratoria, lo que evidencia la preocupación de los isleños por lograr, tanto en Gran Bretaña como en el ámbito internacional, algún grado de reconocimiento político que sirva como punto de partida para un intento de autodeterminación. La Argentina rechazó la semana última en forma enérgica el “intento de apoderarse ilegalmente de recursos naturales no renovables, que son propiedad del pueblo argentino”, y la Cancillería hizo saber que el Gobierno continuará denunciando en todos los foros internacionales esa acción ilegal británica, tomando todas las medidas que sean necesarias. Mediante el Decreto 256/2010 y sus normas de aplicación, el Gobierno se lanzó a actuar en el control del tránsito marítimo entre el continente y las islas. La Argentina logró en febrero último, en la cumbre regional celebrada en Cancún, la difusión de una Declaración Especial sobre Exploración Hidrocarburífera en la Plataforma Continental, que respalda la posición nacional en esa cuestión. Pese a que la Cancillería del Reino Unido remarcó que “defenderá los intereses en sus territorios de ultramar”, ese accionar puede juzgarse reñido con toda habitual metodología inversora siempre rigurosamente observada en una industria como la petrolera, donde en una disputa de soberanía siempre configuró una variable determinante para encarar inversiones de largo plazo, máxime si se trata de un resabio colonialista. Fuente: Ernesto de Paola.