Viernes 5 de Septiembre de 2008, 10:57

Martínez Garbino denunció que la pobreza sigue creciendo

| “En Argentina el tema central a resolver de manera urgente es remover y atacar las causas de la pobreza. Este es el desafío que debe afrontar el Estado y toda la sociedad”, consideró el diputado nacional Emilio Martínez Garbino (Concertación Entrerriana-Entre Ríos). “Si bien hay más responsabilidad en el gobierno, con políticas exclusivamente estatales no alcanza”, agregó.

“Debe existir el compromiso de otros sectores que por su importancia y su rol en lo económico y productivo puedan aportar para que estas políticas sean eficientes”, entiende Martínez Garbino. “A causa de la inflación, la pobreza volvió a crecer durante los primeros seis meses del año”, planteó el legislador. Y precisó que según cálculos de la Sociedad de Estudios Laborales (SEL) aumentó al 31,6 por ciento durante el primer semestre en relación al segundo semestre de 2007, cuando alcanzaba al 30,3 por ciento de la población. Así, 11,3 millones de personas se encuentran sumergidas bajo la línea de pobreza, 460 mil más que en diciembre pasado. En este sentido, tildó de “inexacta y no creíble” la información suministrada oportunamente por el gobierno acerca de una disminución del número de pobres en la Argentina. “Si tomamos la inflación real, no la que anuncia el INDEC, la pobreza no sólo no disminuye, sino que se incrementa”, afirmó. Según Martínez Garbino “después de la crisis del 2001 la Argentina se recuperó notablemente y vivió tiempos de bonanza en algunos aspectos de su economía, pero eso no se tradujo en la eliminación ni siquiera en la disminución de la pobreza”. “Hoy vivimos un amesetamiento de la situación económica donde los problemas tienden a agravarse y no hay a la vista ningún mecanismo programático y estratégico para atacar las causas de la pobreza”, entendió. “La realidad es que más de 11 millones de argentinos están hoy por debajo de la línea de la pobreza. Es un momento donde las políticas focalizadas y parciales no sirven; no alcanza para semejante complejidad y profundidad de la situación con los permanentes ensayos en políticas sociales”, continuó. “El compromiso meramente declarativo o enunciativo o de meras solidaridades tampoco ayuda. Es tiempo de pensar cuáles son los temas más acuciantes, cuál es nuestra deuda interna, en lo social, en salud y educación”, puntualizó. “Si tenemos una escuela pública devaluada, con actores en permanente crisis, con una infraestructura insuficiente y arcaica; si tenemos un sistema de salud en permanente zozobra, los que más sufren de forma directa ello son los sectores más desprotegidos económicamente, y que casi por añadidura están escasa o nulamente comprendidos dentro del sector productivo”, ahondó. Desde su óptica, “trabajar seriamente el tema pobreza, serviría de disparador para resolver otros, pero primero está la desnutrición, las enfermedades que ya no deberían existir y cómo resolvemos la falta de la cultura del trabajo, porque hay una generación de argentinos que no ha trabajado o lo ha hecho de manera esporádica”. En este contexto, consideró que “no hay posibilidad de transformar el crecimiento en desarrollo sustentable si no se ataca la pobreza. Hay que dejar de jactarse de ser granero del mundo, y empezar a saldar nuestra deuda interna”. Asimismo Martínez Garbino centró su foco en la realidad entrerriana y señaló que “hoy en nuestra estructura poblacional encontramos que existen 500.000 entrerrianos entre 0 y 18 años, los cuales muchos de ellos se encuentran bajo la línea de la pobreza y lo que es más grave aún, viven en zonas marginales, sin servicios y en absoluta desprotección”. En este escenario, indicó que “el Estado parece perezoso ante la urgente necesidad de rescatar a los chicos de la calle para alejarlos de las drogas y el delito”. Y se mostró convencido que “la mejor política social que se puede llevar adelante, atento a la situación de crisis son las políticas educativas”, al tiempo que remarcó “hay una lucha -más allá de las distintas responsabilidades-, que debe librar toda la sociedad, como una sola bandera, lograr que ningún chico quede fuera del sistema educativo”. “En el sistema educativo, los índices de repitencia (14,5 por ciento), de deserción escolar (53,5 por ciento) y de adultos con educación incipiente o nula -analfabetos funcionales- (17,4 por ciento) son elevados, por encima del promedio Nacional y los más altos de la Región Centro”, enumeró. Además, “en el aspecto sanitario, el 51 por ciento de los entrerrianos no tiene cobertura de obra social; es evidente la ausencia de una política de Estado para el área salud; la A.P.S. no funciona como estrategia, ni siquiera como programa; el nivel político se caracteriza por la falta de cuadros capacitados técnicamente y los indicadores siguen demostrando elevadas tasas de mortalidad infantil; alta incidencia de muertes maternas y neonatales evitables; y alto porcentaje de niños desnutridos, entre otros datos alarmantes”, finalizó.