Viernes 13 de Julio de 2012, 01:51

Moyano fue reelecto en la CGT

| Con lista única y gracias a la incorporación de último momento de 45 gremios afines, Hugo Moyano logró ser re-reelecto como secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) por otros cuatro años.

Desde temprano, cientos de dirigentes sindicales y trabajadores con insignias gremiales se dieron cita en el estadio de Ferrocarril Oeste, donde se reunió a sesionar el Congreso Extraordinario de la CGT. Pasadas las 9, por la calle Avellaneda, desfilaron las primeras columnas de verdes y blancas de los camioneros y se instalaron los puestos de ventas de bebidas, hamburguesas y choripanes. Media docena de ambulancias y un camión de bomberos se apostaron cerca de los ingresos para asistir emergencias que no ocurrieron. Por la Puerta 6 entraron los congresales y por la 5 los militantes. Apurado y a los ponchazos, Héctor Recalde fue uno de los primeros pesos pesados en llegar. "Tenemos que pelear por la unidad", dijo en sentido conciliador el abogado cegetista ante la inminente separación de "gordos" e "independientes". Detrás de Recalde entró el judicial Julio Piumato, que defendió la legalidad del cónclave y minimizó el llamado a elecciones para el 3 de octubre de los sindicatos antimoyanistas, que ungirá al metalúrgico Antonio Caló como jefe. "CGT hay una sola, después habrá club de amigos", afirmó Piumato. Un gran dispositivo de seguridad a cargo de custodios privados y camioneros impidió que cualquier persona que no fuera uno de los congresales ingresara al lugar del votación, montado en el microestadio cubierto de Ferro. Para llegar allí, los votantes tuvieron que superar tres controles, donde se chequeó la identidad y afiliación con los listados manejados celosamente por los encargados del operativo. Moyano eludió a la prensa y arribó por la calle García Lorca, cuando casi todos los invitados estaban en las sillas. Durante el primero de los congresos, que reunió a 901 de los 1610 congresales, aprobaron el balance y memoria, rechazaron por unanimidad las impugnaciones de los opositores y se autorizó el ingreso de tres consejeros y 45 sindicatos nuevos, que aportaron el número necesario para la re-reelección. Para el mediodía, Moyano clausuró la asamblea extraordinaria y llamó a un cuarto intermedio para permitir la acreditación de los congresales de las nuevas organizaciones, y luego arrancó el congreso ordinario, que finalmente eligió a la nueva conducción de la central obrera. Según los resultados difundidos por el moyanismo, el líder cegetista obtuvo más del 54% de los votos del padrón total de congresales, que a esa altura ya había aumentado a 1851. La lista de Moyano sumó 1.009 voluntades y solo 4 votaron en blanco. Casi el 100% de los votantes que asistieron a Ferro lo apoyaron. Antes de la incorporación arañaba los 600. Entre otras organizaciones, respaldaron la reelección de Moyano los camioneros, los peones rurales, estibadores, bancarios, motoqueros, plásticos, municipales, judiciales, dragado y balizamiento, docentes universitarios, panaderos, espectáculo público, canillitas, músicos, locutores, de la carne y guincheros. Negaron su presencia los químicos, los ferroviarios del encarcelado José Pedraza y los técnicos aeronáuticos de Ricardo Cirielli. El textil Jorge Lobais faltó, pero envió a sus congresales. Ante la ausencia de veedores electorales del Ministerio de Trabajo y para llenar de legalidad las 20 urnas, Moyano sentó a su lado durante los dos congresos a un escribano que fiscalizó las actas. Pero también se divulgó la conclusiones de un informe firmado por representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que validaron el encuentro y cuestionaron la decisión del ministerio de Carlos Tomada de declarar nulo el comicio. Según la OIT, los gobiernos no se deben entrometer en cuestiones sindicales y en caso de disputas solo la Justicia puede interceder. Mientras en el microestadio uno a uno los congresales renovaron sus votos de confianza, el estadio fue copado durante la tarde por unas 20 mil personas que llegaron a Caballito para demostrar su lealtad al camionero. Curioso, una vez finalizado el cónclave y con las nuevas autoridades cegetistas en el palco, varios centenares no aguantaron el frío, la espera o las dos cosas y se retiraron con sus bombos y banderas sin escuchar al líder. Esa sangría se sintió más cuando los micrófonos se encendieron para anunciar oficialmente al nuevo consejo directivo de la CGT. En el reparto de secretarías, se confirmó el anticipo de Ámbito Financiero: el petrolero Guillermo Pereyra quedó como adjunto; el panadero Abel Frutos es secretario gremial; el municipal Amado Genta retiene las finanzas, y Piumato la secretaría de Derechos Humanos; el canillita Omar Plaini se hizo cargo de Prensa, Juan Carlos Schimd de Relaciones Internacionales -lugar del obrero Gerardo Martínez- y el bancario Sergio Palazzo, sucesor de Juan José Zanola, asumió las relaciones institucionales. Gerónimo "Momo" Venegas, de Uatre y piedra fundamental en la construcción de congresales necesarios, seguirá al frente de la secretaría de Interior. "La CGT está armada, no se puede ir para atrás. Las puertas están abiertas, pero no hay señales de acercamiento del otro sector. Históricamente hubo fracciones, pero va a ocurrir lo mismo que con la CGT Azul y Blanca de (Luis) Barrionuevo", expresó Pereyra al referirse a la consumación de la fractura. Plaini asintió. "Esperamos respuestas del Gobierno. Acá está la CGT, hicimos todos los trámites legales para votar. Este es un problema político. Queremos que se escuche nuestra agenda de reclamos y aspiramos a que se abra una mesa de diálogo", sostuvo el repartidor de periódicos, y agregó: "Si (el conflicto) llega a la Justicia presentaremos todos los elementos que demuestran que fue legal". Durante el acto, solo hablaron Palazzo, Venegas y Moyano ("En 2013 vamos a repensar nuestro voto"). Los tres coincidieron en que la CGT de los Trabajadores, como se bautizará a la central moyanista, insistirá en reclamar al gobierno la eliminación del Impuesto a las Ganancias y de los topes a las asignaciones familiares, la generalización de la asignación universal por hijo y el 82% móvil para los jubilados. El discurso más politizado fue el de Moyano, que sumó quejas por la inflación y la inseguridad e instó a los movilizados a "repensar el voto" para las legislativas 2013. Terminada la ceremonia, un rato antes de la cadena nacional de Cristina de Kirchner, Plaini aclaró el rumbo político de la CGT y los nexos con el sciolismo, que por ahora se mantienen distantes. "Moyano no habló de un apoyo a Scioli, él tiene que gobernar la provincia. No hablamos de apoyar a ningún candidato, ni sector político", concluyó antes que las puertas de Ferro se cerraran y la calma vuelva al lugar. Fuente: Ámbito Financiero.