Domingo 22 de Octubre de 2006, 12:16

Moyano recibió $ 865 millones en tres años

| Desde que Kirchner asumió la Presidencia, el gremio del camionero cobró esa cifra en concepto de subsidios y fondos.

Nada es gratis. Y menos en política. La paz social que ha sellado el presidente Néstor Kirchner con el gremio de los camioneros que conduce Hugo Moyano tiene su costo. Desde 2003, el sector fue lubricado con una suma que ronda los 865 millones de pesos, si se suman subsidios más fondos que maneja. Bien podría medirse el poder de Moyano por los subsidios que el Gobierno le entrega al camionero, que mes a mes se incrementan y que ya suman alrededor de 515 millones de pesos en subsidios desde que asumió Kirchner hasta ahora. También podrían utilizarse como termómetro los presupuestos que manejan las áreas que están a cargo de funcionarios que llegaron a una silla oficial saltando desde la butaca del gremio. Quizás el más paradigmático de todos sea el caso de Juan Rinaldi, abogado del sindicato que maneja la Asociación de Programas Especiales (APE), un organismo dependiente de la Superintencia de Seguros de Salud, que tiene como función subsidiar las prestaciones de alta complejidad de las obras sociales sindicales y está conformado por un sistema de fondos de redistribución al que aportan los trabajadores con una parte de su salario. El presupuesto de esta área para 2005 fue de 350 millones de pesos. También podrían sumarse los subsidios indirectos que aporta cada uno de los autos que circulan por las rutas argentinas. ¿Cómo es eso? Los camiones que cruzan los peajes pagan tarifas subsidiadas, mientras que los vehículos abonan la totalidad del monto. El Comité Nacional de Defensa del Usuario Vial (Conaduv) siempre vuelve sobre este argumento. "Los camiones son los que más rompen la ruta, pero para que ellos circulen nosotros tenemos que pagar, mientras ellos circulan subsidiados", dijo un dirigente de la entidad. Pero si de diferencias se trata, una de las más explícitas es la que se registra en la Autopista del Sol. La empresa renegoció el contrato con el Gobierno y éste autorizó una suba en el peaje de un 15%. Pero el aumento no alcanzó a colectivos y trenes, que quedaron exceptuados y todavía pagan la tarifa anterior. La lista podría seguir con otros funcionarios que engruesan la lista de cercanos a Moyano que ocupan cargos públicos y que manejan suculentos presupuestos. El poder del gremio -73.000 afiliados y 322.505 camiones- no se explica tanto por el número de afiliados (hay gremios que triplican esa cifra, como el de los estatales de la UPCN), sino por su capacidad de bloqueo y por el apoyo que recibe a través del Ministerio de Planificación Federal, que conduce Julio De Vido, y de la Secretaría de Transportes, que maneja Ricardo Jaime. En 2003, el sector sumó $ 10,24 millones a través de dos fondos, el Refop -un régimen creado para atender acciones para favorecer aspectos vinculados a la transformación del sistema de transporte de cargas por automotor- y otra reserva que se constituyó de un fondo que se nutre del impuesto al gasoil. En 2004, al tiempo que Moyano se acercaba al Gobierno, las cifras fueron creciendo. De esos dos fondos salieron $ 67,9 millones destinados a subsidiar peajes y a devolución de las asignaciones familiares que pagan los camioneros, pero que después se devuelven. Este mecanismo había sido creado en el año 2003, a través de una resolución conjunta de los ministerios de Economía y de Planificación Federal, para compensar el 100% de las cargas patronales de las empresas. Luego, fue prorrogado por seis meses (de enero a junio de 2004) por el decreto 1488. Para acceder a estas compensaciones, la normativa estipuló que las empresas deben estar inscriptas en el Registro Unico del Transporte Automotor, cumplir con el convenio colectivo de trabajo y estar al día con las contribuciones a la obra social de camioneros, que controla Moyano. Pero no todo termina aquí. En julio de 2003, el Poder Ejecutivo envió un proyecto de ley al Congreso para darle un marco constitucional al impuesto al gasoil, creado por un decreto, debido a que la justicia había fallado a favor del planteo de inconstitucionalidad por la creación de un impuesto por decreto. Allí se modificó la alícuota que se destina al subsidio del transporte, que del 18% llegó al 20,5 por ciento, para fondear la creación del Régimen de Fomento de Profesionalización al Transporte Automotor de Cargas (Refop), un sistema que se prevé regirá para las empresas camioneras hasta 2010. En 2003 también alumbró el Siscota, otro sistema que se nutre del impuesto al gasoil y que se destina a mejorar "aspectos vinculados a la transformación del sistema de transporte de cargas por automotor". En el año del debut, el Siscota repartió $ 8 millones entre los empresarios del transporte de cargas. Con las tres vías funcionando, bien podría decirse que 2005 fue un buen año para los camioneros: por allí se canalizaron $ 228,10 millones. Hasta septiembre pasado, según los datos dados a conocer por la Unidad de Fideicomisos de Infraestructura (Ucofin), la cifra de subsidios llegó a 200,44 millones de pesos. El monto es exactamente un 218% más que lo que se giró al sector en los primeros nueve meses del año pasado. A juzgar por los fondos y concesiones, la alianza entre el Presidente y el líder camionero parece firme. Amalgamada, en gran parte, por los millones que salen del ministerio que dirige De Vido. Tanto sus amigos como sus enemigos coinciden en señalar a Moyano como un hábil negociador, que combina violencia y buenos modales según se encuentre fuera o dentro de un despacho oficial. Fuente: diario La Nación.