| Fuerte crítico de la historia tradicional y de los "próceres incuestionables", el historiador Fermín Chávez, quien murió ayer en la mañana de un paro cardiorespiratorio, fue evocado por sus contemporáneos como una referencia excluyente dentro del revisionismo, al que adscribió desde una fuerte militancia justicialista.
El historiador estaba internado desde hacía una semana por una descompensación cardíaca en el Hospital Méndez, donde murió ayer a las 8.45. Sus restos fueron velados en la Legislatura porteña.
Autor de más de 40 libros en los que también transita por la poesía, Chávez siempre sostuvo que el revisionismo histórico le posibilitó "una visión distinta para discutir los acontecimientos sociales, políticos, culturales y económicos".
Convencido de que "todas las formas de la historia son militantes", nunca se identificó con la historia liberal la que, decía, "surgió en el poder para afianzar un modelo de país donde los próceres jamás fueron cuestionados y aparecieron como una suma de monumentos que ni siquiera se enfermaban".
En diálogo con Télam, el historiador Alejandro Cattaruzza, docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó que "Chávez no formó parte de lo que puede llamarse la primera generación revisionista, sino de aquella en la que el revisionismo se había transformado en una nota más de la visión peronista del mundo".
Para Cattaruzza, Chávez combinó sus trabajos dedicados a la historia -en particular al Chacho Peñaloza, a Ricardo López Jordán y a José Hernández- con su participación política.
"Una de estas experiencias fue la revista Columnas: Nacionalismo Marxista de Liberación Nacional, que a partir de 1957 reunió, con pocos números publicados, a Chávez, Eduardo Astesano y Juan Vigo", contó.
Cattaruzza recordó que en la nota de apertura, Chávez señaló que no adscribía al marxismo pero que planteaba en la publicación las posibilidades de "una convergencia de ambas tradiciones".
"Chávez siguió llevando adelante esa tarea con al menos dos frentes -concluyó el investigador de la UBA-, uno inclinado a los estudios históricos y otro más volcado a la intervención político cultural, siempre ejecutada desde el peronismo".
"La militancia que tan a fondo marcó su mirada revisionista de la historia se remonta a los orígenes mismos del peronismo. Chávez integró, a principios de los años 50, el círculo de los allegados a Eva Perón, fue una figura de la resistencia peronista y formó parte de la delegación que acompañó a Juan Domingo Perón en su definitivo", destacó a Télam uno de los historiadores que trabajó con él, Enrique Manson.
"En tiempos de la última dictadura militar publicaba un periódico semiclandestino llamado 'Pueblo Entero'", continuó Manson, tras recordarlo como "un hombre con una gran erudición; un hombre de permanente consulta por parte de todos los sectores".
Chávez nació en la localidad entrerriana de Nogoyá el 13 de Julio de 1924 y en sus últimas días se encontraba muy afectado por la muerte de su hijo mayor, quien falleció hace dos meses en un accidente de aviación.
Entre sus obras figuran "Civilización y barbarie", "Perón y el peronismo en la historia contemporánea", "Eva Perón en la historia", "Eva Perón sin mitos", "Historia del país de los argentinos", "Poemas con matreros y matreras", "El diputado y el Político" (John William Cooke), "Pensamiento Nacional" y "La chispa de Perón".
Además, continuó y finalizó la obra iniciada por José María Rosa en la colección de "Historia Argentina", para lo cual convocó a los historiadores Enrique Manson, Juan Carlos Cantoni y Jorge Sule.
"Aunque con un lenguaje y una técnica distinta, tengo mucho en común con él", había dicho Chávez al referirse a la obra de Rosa, cuando se abocó hace poco más de 10 años a continuarla.
Entre sus últimas producciones, figura una Antología de la Poesía Gauchesca y un Diccionario Histórico Argentino.
Fuente: Télam.
