Miércoles 4 de Octubre de 2006, 11:43

Polémica entre la Iglesia y el Gobierno

| El sacerdote Guillermo Marcó, portavoz del Arzobispado de Buenos Aires, criticó ayer indirectamente al presidente Néstor Kirchner, al insinuar que alienta la división y el odio entre los argentinos, con lo que acentuó la polémica que mantiene la Iglesia con el Gobierno desde hace varias semanas.

Marcó advirtió ayer a la mañana que "si un presidente fomenta cierta división, termina siendo peligroso para todos" y pidió dejar de "alentar odios y de levantar el dedo acusador", a lo que el ministro de Interior, Aníbal Fernández, respondió con un pedido de autocrítica sobre el accionar de la Iglesia durante la última dictadura. Según evaluó Fernández, fue "terrible" y una "enormidad" las declaraciones que formuló Marcó, al ser consultado sobre las diferencias que mantiene Kirchner con sectores de la Iglesia, como el obispo misionero Joaquín Piña, quien se postula a constituyente en la provincia, en contra del kirchnerismo. El portavoz del arzobispo Jorge Bergoglio dijo a radio Continental que "un presidente debe ser consciente que es presidente de todos los argentinos, que es su responsabilidad mayor", al tiempo que advirtió que los argentinos viven "un momento violento" con "una sensación de inseguridad" constante. Sin embargo, Jorge Bergoglio negó que la Iglesia y el Gobierno estén pasando por el "peor" momento en sus relaciones, al sostener que el punto máximo de pésimos vínculos entre ambos poderes fue durante los dos primeros gobiernos de Juan Domingo Perón "cuando se arrestaba a sacerdotes y se quemaban iglesias". Fuente: DyN.