Miércoles 10 de Julio de 2013, 10:25

"Me corrió un frío por la espalda"

| Cristina de Kirchner afirmó que le "corrió frío por la espalda" cuando se enteró de que Estados Unidos, a través de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), realizaba tareas de espionaje sobre la Argentina, y pidió un "fuerte pronunciamiento" al respecto en la próxima cumbre del Mercosur.

"Me corre frío por la espalda cuando me enteré que nos están espiando a todos a través de sus servicios en Brasil", dijo la mandataria, en alusión a la publicación difundida este martes por el diario brasileño O Globo, según la cual la Argentina sufrió un espionaje cibernético por parte de la NSA, al igual que Brasil, Colombia, Ecuador, México y Venezuela. La mandataria comparó este episodio con las denuncias de espionaje a militantes sindicales y de agrupaciones de izquierda en la Argentina a través del llamado "Proyecto X" de la Gendarmería, al que calificó de "inexistente", y cuestionó que en este caso la oposición haga "silencio". "Ahora resulta que nos están espiando desde el norte y no pasa nada", dijo la Presidente en el hipódromo de Tucumán, donde encabezó el acto central del Día de la Independencia, que compartió con el Gobernador, José Alperovich; su esposa, la Presidente provisional del Senado, Beatriz Rojkés de Alperovich; funcionarios y legisladores nacionales y provinciales, y Gobernadores. "Solo escucho silencio", dijo también la mandataria para criticar a dirigentes opositores, a los que acusó de "hablar de lo pequeño" y de "armar lío" con denuncias sobre el Proyecto X, y planteó: "Claro, es mucho mas cool la CIA que un gendarme". En este contexto, dijo que espera que "en la reunión del Mercosur de este próximo viernes los presidentes" tengan "un fuerte pronunciamiento y un pedido de explicaciones ante estas revelaciones, que más que revelaciones son confirmaciones" que -sostuvo- tenían los jefes de Estado de la región "de lo que estaba pasando". La mandataria se pronunció de esta forma luego de que O Globo informara que sobre la Argentina se realizó un espionaje "de manera constante", pero "de menor intensidad" y que estos mismos trabajos de inteligencia se aplicaron sobre Venezuela, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Paraguay, Chile, Perú y El Salvador. Así lo reveló este martes el diario brasileño O Globo, de acuerdo con un trabajo periodístico realizado en conjunto con el periódico británico The Guardian, basado en documentos de la NSA filtrados por el exinformante Edward Snowden, conocido como El Topo. A diferencia de la Argentina, México, Colombia y Brasil fueron los tres países latinoamericanos en los que se registró una actividad más intensa de las prácticas de espionaje vía satélite de llamadas telefónicas y correos electrónicos realizada por la NSA en colaboración con la Agencia Central de Inteligencia (CIA). La NSA obtuvo datos sobre petróleo y compras militares de Venezuela, así como sobre energía y narcóticos en México y estuvo al tanto de los movimientos de los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según O Globo, que en su edición de este lunes había informado que la CIA tiene instalada una base en Brasil, a través del programa bautizado "Prism". En su mensaje, la Presidente realizó un extenso repaso de parte de la historia argentina durante el cual aludió a la dominación de las grandes potencias sobre los países latinoamericanos y sostuvo que en la actualidad se genera "una nueva configuración mundial". "No tengan dudas, ese el mundo que nos quieren imponer: volver a ser productores de materias primas con poco valor agregado. Y vamos a dar batalla porque vamos a profundizar este modelo de Estado de inclusión de valor agregado y mayor competitividad y peleando por la unidad regional", aseveró. Remarcó, en este camino, el "deber" de los líderes regionales de "mirar lo que está pasando en el mundo y unir fuerzas" para impedir que América del Sur "vuelva a ser esa proveedora de comodities y se trasladen las grandes fabricas allí donde hay miles de millones de personas dispuestas a trabajar por muchos menor salario". "Ya las grandes potencias no necesitan ver que sus fabricas estén donde ellos están. Les basta con dominar la ciencia y la tecnología, que es lo que va a determinar el valor agregado... No la mano de obra, a la que antes explotaban y hoy excluyen", concluyó.