Lunes 26 de Noviembre de 2007, 10:03

Récord de consumo pese a la inflación

| Más allá del 6,6% que subió el índice de precios, el 2007 finalizará con un crecimiento del 8,5% en consumo de productos de la canasta básica. De acuerdo a un informe privado, se da porque las clases media y baja compraron más que los años anteriores.

Pese a que la inflación acumula un alza del 6,6 por ciento en los primeros diez meses del año, golpeando más fuerte a los sectores de bajos recursos, el 2007 cerrará con un aumento récord del 8,5 por ciento en el consumo de productos de la canasta básica, impulsado precisamente por las clases media y baja. A ello debe sumarse que una gran parte de sondeos realizados por consultoras privadas y asociaciones de consumidores revela que el Índice "real" de Precios al Consumidor duplica a las cifras oficiales. Así como la inflación viene en alza durante los últimos años, también lo hace el consumo. Es que, mientras que la inflación, según datos oficiales, cerró los últimos años apenas por debajo de los dos dígitos (cifras privadas la ubican entre 15 y 20 por ciento), el consumo crece a un ritmo de dos puntos porcentuales por año, ubicándose 10 puntos por encima de 1998, el último año con crecimiento en ventas durante la convertibilidad. Los datos corresponden a un estudio elaborado por la investigadora de mercado CCR y la Escuela de Negocios IAE, de la Universidad Austral. De acuerdo con este informe, los consumidores de los estratos medios y bajos, que están volviendo a acceder a las primeras marcas en materia de alimentos, bebidas y artículos de tocador y de limpieza, traccionaron el crecimiento de las ventas que se registrará de este año. Por ejemplo, un análisis realizado por la consultora Nielsen, reveló que la canasta de productos de bebidas tuvo una variación positiva de consumo del orden del 12,3 por ciento durante el último año acumulado a septiembre de 2007, al compararlo con el mismo período de 2006. En la misma línea, el informe de CCR y IAE destacó que la demanda de las marcas más caras en los rubros alimentos, bebidas y artículos de tocador aumentó 55 por ciento entre los hogares de menores ingresos, acumulando una participación de 7,9 por ciento en ese segmento. "Donde más están creciendo las ventas de las primeras marcas y las marcas Premium es en los hogares de clase media y baja, lo que da cuenta de una mejora en la distribución del ingreso", destacó el CEO de CCR, Guillermo Oliveto. También se registró un crecimiento en rubros no considerados de primera necesidad, como jugos puros refrigerados, leches saborizadas, bebidas energizantes, desinfectantes y comidas congeladas. En estos casos, el sondeo reveló que en los últimos tres años, el consumo de jugos puros refrigerados creció casi por seis su volumen de ventas en el mercado local, mientras que el de las leches saborizadas aumentó 315 por ciento; el de las bebidas energizantes, 219 por ciento; el de los desinfectantes, 151 por ciento, y el de las comidas congeladas, 139 por ciento. Además, verificó una fuerte concentración del crecimiento del consumo en Buenos Aires, el sur de la Capital Federal y el segundo cordón del conurbano. "Estas zonas, que habían quedado muy relegadas durante los años de crisis, hoy son los espacios urbanos en los que se detecta un marcado aumento de la demanda de productos básicos y accesibles, como tecnología, electrodomésticos o la vuelta a las primeras marcas", explicó Oliveto. No obstante, esos mismos consumidores son los que se ven impedidos de acceder a productos de alto valor, como casas o inmuebles comerciales, dado que "la falta de previsibilidad" les niega el acceso al crédito. Estas conclusiones también forman parte del trabajo que reveló que la gratificación inmediata en los supermercados funciona como una especie de consuelo para los consumidores. Y es aquí donde los cuestionados índices de inflación vuelven a cobrar relevancia, al reflejar que muchas personas no pueden endeudarse a largo plazo. De esta manera, fue la venta de productos de la canasta básica en los supermercados la que logró recuperarse fuertemente tras la crisis de 2001. Según el estudio, este año, las ventas de alimentos finalizarán con una suba de entre 8,5 y 9 por ciento, lo que dejará un piso de crecimiento de entre 5,5 y 6 por ciento para el año próximo. Estos datos revelan que el incremento del consumo irá de la mano con las previsiones de crecimiento de la economía, que se espera sea de entre 6 y 7 por ciento. "Los supermercados están creciendo en volumen a una tasa superior al 10 por ciento y su facturación trepó un 28 por ciento impulsada no sólo por la inflación, sino también porque hay un cambio en el mix de ventas y una vuelta hacia marcas más caras", señaló Oliveto. No obstante las buenas noticias, aclaró que "vivimos una explosión del consumo comparado con unos años atrás, pero también se registra la sensación entre los consumidores de que aún falta un proyecto de fondo que explique o dé sentido a esta situación". Al respecto, agregó que "existe la incertidumbre de que nadie sabe realmente cuánto durarán estas condiciones que se dan hoy. Nadie duda de que estamos mejor, pero la gente siente que faltan proyectos". Por su parte, el director del IAE, Guillermo D Andrea, explicó que "la gente dice que está bien, pero que no sabe cómo sigue esto". "Un crédito hipotecario (a diferencia de uno para el consumo) es inaccesible", es una de las expresiones de los consumidores más recibida por los analistas.