Domingo 24 de Septiembre de 2006, 22:51

Se cumple el tercer aniversario del regreso del tren de pasajeros

| Hace tres años se ponía en marcha desde la estación Federico Lacroze, el primer servicio de trenes de pasajeros recuperado por la actual gestión del presidente Néstor Kirchner, luego del cierre sistemático de ramales concretado primero por el gobierno militar y luego durante la década del '90.


Ese día partía en viaje experimental, El Gran Capitán, que luego desde el mes de noviembre comenzaría a cubrir en forma regular, dos veces por semana, el trayecto entre Buenos Aires y Posadas, atravesando toda la Mesopotamia utilizando el ramal del ex Ferrocarril Urquiza. Tras diez años en que los trenes dejaron de transitar por las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones, un acuerdo entre el gobierno nacional, el gobierno correntino y la empresa Trenes Especiales Argentinos (TEA), posibilitó que cientos de miles de habitantes de esas regiones, volvieron a contar con un servicio de transporte esencial para su desarrollo. Desde la desaparición del tren, la casi totalidad de los pueblos que surgieron a la vera de las vías, vio como su futuro se ennegrecía y su fuente de expansión se apagaba, en algunos casos hasta desaparecer, como sucedió por ejemplo con el pueblo de Pastor Britos, en la provincia de Entre Ríos. El retorno del tren fue saludado entonces como una verdadera fiesta y un canto de esperanza. Aquél viaje inaugural convocó a multitudes en cada estación y desató la alegría absoluta de los habitantes que veían como uno de sus tesoros, volvía a tener vigencia. "Este es el primer paso en procura de recuperar los servicios de pasajeros nacionales, de acuerdo a la política trazada por el presidente Kirchner", decía entonces eufórico el Secretario de Transporte, Ricardo Jaime, que ingresó a la ciudad correntina de Monte Caseros montado en el frente de la locomotora, recibiendo la ovación de todo un pueblo. No era para menos, tanto Monte Caseros, como Concordia, Basavilbaso, Santo Tomé, Gobernador Virasoro, Paso de los Libres y hasta la misma Posadas, revivieron con el silbato agudo y penetrante del "caballo de hierro". Y si fue un estímulo para estos lugares, ni hablar de lo que sucedió con localidades mucho más pequeñas, como La Cruz, o Alvear, o Urdinarrain o Chajarí o Apóstoles, dónde el tren no solo les devolvió la posibilidad de trasladarse de manera económica y segura, sino que además aportó una nueva fuente de ingresos, ya que comenzaron a gestarse emprendimientos económicos alrededor de cada arribo de la formación a las estaciones. La recuperación de este ramal, fue posible a partir de la concesión que la provincia de Corrientes le otorgó a la firma TEA, para la explotación del servicio de pasajeros durante 30 años. "TEA es una empresa familiar que puso en funcionamiento el tren a riesgo de inversión propio, sin contar con subsidios del Estado de ninguna naturaleza", explicó el apoderado legal de la firma, Daniel Amuy. "Reparamos el material rodante que nos cedió Corrientes con nuestro propio esfuerzo y hemos logrado darle continuidad al servicio durante todo este tiempo, no sin dificultades, pero con la vocación inclaudicable de sostener algo que es un derecho de la gente", recalcó el empresario. Sin embargo no todas son rosas en la restitución de este vital servicio. El deplorable estado de las vías, concesionadas a la empresa brasilera América Latina Logística, motivó que los contratiempos fuesen por momentos una constante de cada viaje. La imposibilidad, por el deterioro del tendido férreo, de desarrollar velocidades mayores a los 50 o 60 kilómetros por hora, hace que el viaje demande actualmente entre 24 y 26 horas, cuando no ocurre algún descarrilamiento de un tren carguero que obliga a una demora aún mayor. No obstante las formaciones parten desde ambos puntos del recorrido, totalmente colmadas en temporada alta y con una ocupación superior al 90 por ciento en temporada baja. La razón de este apoyo popular al tren hay que buscarlas en los valores de los pasajes (en promedio la mitad de lo que cuesta el mismo trayecto en colectivo) y en lo que significó, significa y significará para la gente, el tren en sí mismo. El Gran Capitán sigue recorriendo actualmente los más de mil kilómetros que separan a Lacroze de Posadas, parando en más de 60 estaciones y apeaderos y transportando un promedio de 800 personas en cada viaje. Todos los lunes y viernes, la formación parte de Federico Lacroze y retorna desde Posadas los domingos y miércoles, con un servicio de coche cama, pullman, primera, turista, un coche comedor, un furgón para encomiendas y cargas medianas y una bandeja para automóviles. Hoy son varios los ramales que la administración Kirchner ha logrado volver a poner en funcionamiento y los proyectos apuntan a avanzar firmemente en ese sentido, pero El Gran Capitán establecía hace tres años, el primer mojón de un futuro en el cual el ferrocarril vuelva a tener la importancia y la trascendencia que hoy tiene en los países más avanzados del mundo.