Lunes 2 de Abril de 2007, 15:23

SE CUMPLEN 25 AÑOS DEL DESEMBARCO EN MALVINAS

| Hoy se cumplen 25 años de una acción militar que llenó de entusiasmo y pasión a los argentinos durante 72 días de 1982, pero que por su imprevisión y cálculos errados provocó 649 muertos en forma directa, un número mayor en la posguerra y un gran retroceso diplomático en el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas.

El 2 de abril de 1982, el día del desembarco argentino en el archipiélago, comenzó en realidad la madrugada del 28 de marzo, cuando una fuerza de desembarco de 911 hombres inició desde Puerto Belgrano, cerca de Bahía Blanca, la "Operación Virgen del Rosario", que debería devolver a las islas la soberanía argentina. La flota fingió un ejercicio militar en el océano y se dirigió al archipiélago austral. De hecho la mayoría de los efectivos desconocía el real objetivo al momento de zarpar. El 30, avisado por los satélites norteamericanos, el gobierno inglés advirtió la maniobra militar y ordenó al gobernador de Malvinas, Rex Hunt, que organice la defensa de la capital con los 68 marines que componían las tropas coloniales. A las 21 del 1º de abril, 92 buzos tácticos bajaron del destructor Santísima Trinidad y desembarcaron a cuatro kilómetros al sur de la capital, todavía llamada Port Stanley (Puerto Argentino). Una decena de buzos más ascendieron a la superficie desde el submarino Santa Fe para poner balizas y orientar el acceso a tierra, pero la nave fue detectada y tiroteada. Las primeras tropas se dividieron en dos grupos: una se dirigió al núcleo de las barracas de la infantería de marina inglesa -donde no halló enemigos- y la otra, comandada por el capitán Pedro Giachino, apuró el paso hacia la residencia del gobernador, adonde arribó poco antes de las 6. Buscó ingresar por una puerta trasera, justo donde había marines, que dispararon sus armas. Las tropas argentinas tenían órdenes de no provocar muertos, para evitar consecuencias negativas ante la opinión pública mundial. El fuego de los británicos hirió de gravedad a Giachino, al teniente Diego García y al cabo Ernesto Urbina. Con las horas, Giachino se convirtió en el único militar muerto durante la toma de las islas. Con las primeras luces, más tropas, ahora motorizadas, llegaron a la costa y se dirigieron al aeropuerto. A las 8.30 Hunt y el jefe militar británico tomaron conciencia de que estaban cercados y sin posibilidades de resistir, por lo que se rindieron ante el contraalmirante Carlos Busser, jefe de las tropas argentinas. En la Argentina continental, la Junta Militar anunció la toma del archipiélago y estimuló una convocatoria masiva al centro de la ciudad para celebrar la toma. La Plaza de Mayo se llenó de una multitud eufórica ante la cual el presidente de facto Leopoldo Galtieri, en el balcón de la Casa de Gobierno, dijo aquello de "si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla".