Domingo 7 de Mayo de 2006, 12:13

SE RECUERDA HOY EL 87 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE EVITA

| En cada rincón del país el pueblo peronista, ese que ella no se cansó de nombrar cariñosamente como sus "descamisados", recuerda hoy el 87 aniversario del nacimiento de Eva Duarte de Perón, que en el corazón de todos sigue latiendo cada vez con más fuerza y vigencia como la inolvidable Evita.

Más allá de los diferentes actos de recordación, que desembocarán el martes con un gran homenaje en el Luna Park, la gente que vivió su infatigable acción durante la primera presidencia del general Perón, como así también las generaciones posteriores que recibieron la herencia cultural de su obra en favor de los más desposeídos, la evocarán en la intimidad con ese fervor por las figuras que no morirán jamás. El recuerdo agradecido que podrá ser una sonrisa o una oración, la florcita puesta junto al retrato de la "Abanderada de los Humildes", o simplemente explicarle al nieto o bisnieto que "esa señora de la foto fue la que hizo realidad el voto de las mujeres y la dignidad de todo el pueblo trabajador", serán suficientes. El resto sólo serán menciones estadísticas que partirán desde aquel 7 de mayo de 1919, cuando naciera como la quinta hija de Juana Ibarguren, en la estancia La Unión, de Los Toldos, en la provincia de Buenos Aires, y que terminarán en ese angustiante 26 de julio de 1952, cuando el cáncer se la arrebatara a Perón y a sus descamisados. Evita fue una mujer auténtica, luchadora, pasional y leal a Perón. No supo de términos medios, amó y odió -a aquellos que se oponían a la política superadora de su marido- con igual intensidad. Su famoso "renunciamiento" quedó grabado en la memoria viva del pueblo, como también aquella frase "Volveré y seré millones", que en realidad nadie sabe si la dijo o forma parte del imaginario popular. No necesitó volver porque jamás se fue. En cambio, es cierto que sigue siendo millones como cuando acompañaba y motorizaba la acción del General. Hoy, como ocurre habitualmente, la bóveda que guarda sus restos en Recoleta, amanecerá cubierta de flores. Es que el pueblo no olvida.