| El cuerpo del maestro asesinado Carlos Fuentealba fue enterrado en el cementerio de la capital provincial, en el marco de un íntimo funeral con familiares y amigos más cercanos.
El entierro se produjo pasadas las 17:00 de ayer, y del mismo sólo participaron familiares y allegados al docente neuquino, quienes restringieron la entrada de la prensa. Finalmente ni la ablación de órganos ni la cremación del cuerpo de Fuentealba pudo ser realizada, tal como pretendían sus deudos.
Si bien en un comienzo los familiares del profesor manifestaron su intención de donar los órganos a otros pacientes, el médico a cargo de la dirección del Hospital Regional "Castro Rendón", Sergio Román, indicó que era imposible llevar adelante esa medida porque Fuentealba "tuvo una prolongada reanimación y fue politransfundido".
"Recibió veinte unidades de sangre, lo que hace imposible que sus órganos puedan ser donados", explicó el profesional. Fue entonces cuando los allegados al docente se inclinaron por la opción de la cremación del cuerpo, para luego trasladar las cenizas hacia la ciudad cordillerana de Junín de Los Andes, lugar de procedencia del docente.
Sin embargo, esa medida también debió ser descartada a raíz de la causa judicial que se sigue por el homicidio del docente, que imposibilita cremar el cuerpo por un período de hasta cinco años luego del deceso.
En este sentido, el juez de la causa, Cristian Piana, informó se le realizó la autopsia al cadáver de Fuentealba aunque no brindó detalles de los resultados porque no contaba con "el informe forense completo".
Cerca de las 14:00, el cuerpo de Fuentealba fue trasladado desde la Morgue Judicial hacia el Hospital Castro Rendón, donde fue entregado a los familiares, que más tarde decidieron sepultarlo.
