| Enrique Alfonso Severo, que hace dos semanas estuvo desaparecido por 24 horas, finalmente declaró en el juicio por el crimen del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra y cargó contra el líder de la Unión Ferroviara, José Pedraza.
"Pedraza tuvo responsabilidad. Luego de los ´90, quiso ser un empresario y llevó a que se tercerizara el trabajo. Los ferroviarios perdieron mucho", sostuvo Severo, quien además culpó al gremialista, acusado de instigar el crimen de Ferreyra, de dejar "a cincuenta mil personas sin trabajo a través de arreglos con Carlos Menem", entonces Presidente de la Nación.
Además, el testigo que denunció haber sido secuestrado y amedrentado cuando tenía que declarar, si bien no aportó elementos contundentes ante el Tribunal Oral en lo Criminal 21 para la investigación por el asesinato, dijo: "Todo este armado de patotas y bandas viene de hace mucho tiempo".
Severo llegó a los tribunales de Comodoro Py en Retiro con chaleco antibalas y custodia y su declaración fue muy breve: incluso cuando el presidente del Tribunal, Horacio Días, le informó que su testimonio había concluido, él aclaró que "tenía mucho más para decir", aunque de lo dicho nada fue contundente en lo que hace a la investigación por el crimen de Ferreyra.
"Menem dijo que ramal que para, ramal que cierra, y él no dijo nada, nos entregaron, él como dirigente gremial", respondió Severo cuando el abogado de Pedraza, Carlos Froment, le preguntó cuál había sido la responsabilidad del líder de la UF.
Respecto al crimen, ocurrido el 20 de octubre de 2010, Severo ratificó que un ferroviario le contó que ese mismo día un dirigente lo había llamado y pedido que fuera a Avellaneda para "sacar a los zurdos", en referencia a la marcha y el intento de corte de vías que tenían programado realizar los militantes del Partido Obrero, entre ellos Ferreyra, y los tercerizados del Roca en reclamo del pase a planta permanente.
Además, aseguró que el día anterior al crimen hubo una reunión de personas de Ferrobaires y la Unión Ferroviaria en el Museo Ferroviario ubicado en la localidad de Avellaneda, y que fue "para generar algo".
Al pedirle la fiscal de juicio María Luz Jalbert detalles sobre esto último, el testigo explicó que en ese lugar había reuniones previas a actos partidarios u alguna movilización de los ferroviarios.
También reiteró que el mismo día en que mataron a Ferreyra a él le balearon su casa en Avellaneda y que cuando salió se encontró con un anónimo que daba cuenta "quién había tirado el tiro y matado a Mariano" y que entregó a la Fiscalía sin dar detalles de su contenido.
Severo contó que él fue echado de Ferrobaires el 19 de agosto de 2009 por una "mafia enquistada" e integrada por Norberto Saldaña, Héctor Carruega y Daniel Hess, de quienes dijo que respondían a Alberto Trezza quien llegó al ferrocarril de la mano de Eduardo Duhalde.
"Te tenés que ir, los que no juegan con nosotros se tienen que ir", afirmó que le dijeron al echarlo del ferrocarril.
De los acusados dijo conocer a Pedraza, a su número dos en el gremio Juan Carlos "Gallego" Fernández, al delegado Pablo Díaz, y al ferroviario Jorge González.
Si bien dijo no conocer a Cristian Favale, quien está acusado en la causa de haber disparado contra los militantes del PO, aseguró que "estaba en Constitución (donde están las oficinas de UGOFE y Ferrobaires) desde hace mucho tiempo con Saldaña".
Antes de declarar, Severo denunció a la prensa que había recibido nuevas amenazas, a través de "llamados telefónicos".
