Viernes 10 de Agosto de 2007, 10:58

Testimonios complican aún más a Von Wernich

| Ricardo Molina declaró que un cura les daba medallas de la Virgen de Luján, aunque no pudo precisar quién era “porque estaba encapuchado”. Su hija, María Mercedes, afirmó que el ex capellán de la Bonaerense sabe dónde está su madre y contó que él la bautizó apenas nació.

Un hombre que fue secuestrado durante la última dictadura militar relató que su hija nació estando en cautiverio su madre y que se enteró que fue bautizada por el sacerdote Christian Von Wernich. Se trata de Ricardo Molina, padre de María Mercedes Molina Galarza, que nació estando su madre, Liliana Galarza, detenida en un centro clandestino, en 1977. Molina y su hija María Mercedes Molina Galarza declararon hoy ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que juzga a Christian Von Wernich. María Mercedes Molina Galarza, que nació y fue bautizada por Von Wernich en cautiverio, afirmó que el cura sabe lo que pasó con su madre, Liliana Galarza y dónde está su cuerpo. La mujer, de 30 años, se refirió así al destino de los denominados "grupo de los 7", jóvenes secuestrados que gozaban de un régimen más flexible de cautiverio supuestamente por prestar cierta colaboración a sus captores, quienes los engañaron prometiéndoles sacarlos del país. Ricardo Molina fue secuestrado en abril de 1977 y estuvo alojado en el centro clandestino conocido como La Cacha, la comisaría octava de La Plata y la unidad carcelaria número 9 de La Plata. Relató que estando detenido en La Cacha, un sacerdote se presentó a entregarles medallas de la Virgen de Luján. "Estábamos encapuchados y encadenados a la pared o los camastros y entró una persona vestida con sotana y zapatos negros redondos, quien entró con los guardias", precisó. Molina recordó que ese sacerdote "se paraba en la punta del camastro y nos preguntaba el nombre y la religión y nos entregaba una medalla de la Virgen de Luján. Pero yo nunca le vi la cara y nunca supe el nombre. No conozco a Von Wernich, no puedo decir que fuera él". Explicó que en esa época él convivía con Liliana Galarza en la ciudad de Pergamino y estando ella embarazada viaja a La Plata a ver unos conocidos y un día de noviembre de 1976, concurre a "una cita envenenada", en alusión a que alguien tendió una celada a la joven para secuestrarla. "Al no tener noticias de ella, yo viajo a La Plata y meses más tarde, el 14 de abril de 1977 fuerzas operacionales de La Plata, vestidos de civil, me secuestran y me llevan a lo que luego supe era La Cacha, detrás de la cárcel de Olmos, donde me torturan e interrogan para que aporte nombres de militantes sindicales que trabajaban en empresas", afirmó. Molina dijo que durante uno de los interrogatorios le preguntaron sobre Galarza y él les dijo que "ustedes la secuestraron, la mataron", pero agregó que tiempo después "me vinieron a buscar y me dijeron que me iban a llevar a ver a Liliana y a mi hija, que había nacido". "Me encapucharon y con las manos atadas a la espalda me condujeron a un lugar que luego supe era la división cuatrerismo de La Plata, y posteriormente Inteligencia, en 55 entre 13 y 14 de La Plata", relató. Precisó que "me introducen a un cuartito, me sacan la capucha y se quedan detrás mío (los captores). Ahí la veo a Liliana, que tenía en brazos a María Mercedes (su hija). Ahí la conozco a ella". "Conversamos alrededor de 10 minutos, fue una charla protocolar, ya que los tenía detrás", agregó. "Le pregunté sobre la fecha de nacimiento de la niña y qué nombre le había puesto, me dijo que las condiciones de nacimiento habían sido extremas y que incluso después tuvieron que llevarla a otro lugar para que la atendieran porque tenía fiebre porque al parecer le habían dejado dentro parte de la placenta", indicó. Remarcó que Liliana Galarza "era muy culta, muy educada, habíamos hablado mucho de la Segunda Guerra Mundial, los judíos y los campos de concentración, por lo que no sé hasta qué punto ellos (los captores) pudieron haberla convencido que la opción que le ofrecían era superadora". Molina se refirió así a la hipótesis que sostiene que Galarza y otros 6 jóvenes gozaban de un régimen especial en su cautiverio a cambio de colaborar con los represores.