Lunes 10 de Septiembre de 2012, 10:53

Un banco en Santa Fe sufre un robo millonario

| Una banda de ladrones encapuchados entró por la parte trasera a la casa central del Banco Macro, en el microcentro de Santa Fe. Sin disparar un solo tiro violentaron 77 cajas de seguridad, para llevarse un botín estimado entre 5 y 7 millones de dólares.

Alrededor de las 19.30 del sábado, Enrique -de turno en la guardia privada del banco- subió al segundo piso por un llamativo ruido en un ventiluz sin reja que da a una casa abandonada, lindera a una playa de estacionamiento. Allí, cuatro delincuentes lo redujeron rápidamente, lo maniataron y le mostraron fotos de toda la familia entrando y saliendo de su casa. El mensaje mafioso se repitió con el otro vigilador que fue a hacerse cargo del turno a las 22. Por esa playa de estacionamiento, ubicada a la vuelta del banco, los delincuentes (creen que fueron ocho) entraron subiendo por una escalera de aluminio. Allí dejaron sus vehículos: un auto VW Bora (que fue abandonado horas más tarde en la autopista Santa Fe-Rosario) y una camioneta Renault Kangoo, ambos de color claro. Una vez en el interior del banco, ya maniatado el guardia, sacaron a relucir un arsenal de sofisticadas herramientas de corte: sierras circulares, amoladoras, taladros y hasta químicos para fundir metal. Además, desplegaron sus conocimientos informáticos: habrían inutilizado el circuito interior de las cámaras de seguridad que posee el banco, congelando las imágenes. Desarrollaron un plan digno de una película de Hollywood. La Policía sospecha que estos delincuentes de alta profesionalidad no serían de Santa Fe por la capacidad demostrada para concretar el golpe. Por eso, investigan un posible apoyo local. “Serían de una organizada banda de Córdoba y Buenos Aires”, contaron fuentes policiales. Y agregaron que hubo por lo menos dos meses previos de inteligencia a la entidad bancaria. Con la situación dominada en el banco hicieron un boquete en la pared para ingresar a la bóveda central: su principal objetivo. La cúpula del tesoro del banco les demandó más tiempo de lo esperado a los delincuentes. Lograron perforar una primera capa y no pudieron con las otras. Fracasada la maniobra mayor, optaron por las cajas grandes de seguridad de los clientes, ubicadas en el subsuelo. De las 700 cajas con las que cuenta el banco, 77 fueron violentadas y saqueadas. Si bien cada una tiene un seguro de 50 mil dólares, el estimativo del monto robado sería de entre 5 y 7 millones de dólares. Según fuentes del caso, la alarma sonó dos veces: la primera pasada la medianoche, pero cuando fue la Policía no notó nada raro. La segunda fue a las 4.30: un agente de la seccional 1°, a pocas cuadras del lugar, se acercó hasta el banco y vio tirado, maniatado y amordazado a un guardia. Llamó la atención el estricto hermetismo y silencio oficial para dar a conocer la impactante noticia. Fue a través de los medios que los clientes fueron llegando a la puerta de la sucursal en la peatonal San Martín al 2400, plena zona bancaria, a unos pocos metros de la sede de la Unidad Regional I y del Ministerio de Seguridad provincial. A medida que pasaban las horas, la incertidumbre se fue convirtiendo en enojo y protesta frente a un raquítico comunicado de prensa del banco sin membrete ni firmas de sus autoridades, colocado en el blindex de la puerta de ingreso. Esta casa central del Banco Macro es utilizada como una regional y capta fondos de empresarios y clientes que operan desde las provincias de Buenos Aires y Córdoba. Una de las clientas confió a Clarín que los directivos del banco habían pedido que los fondos de las cuentas empresarias fueran trasladados de las sucursales a la casa central, por una cuestión de seguridad.