Martes 13 de Marzo de 2007, 13:05

Un descubrimiento científico clave para combatir al dengue

| Un grupo de especialistas de la Universidad Nacional del Nordeste encontró un insecto que podría ser muy importante para contener al aedes aegypti, el transmisor de esa enfermedad. Se trata de la chinche de agua, que se alimenta de las larvas del mosquito.

Las esperanzas de hallar una vacuna o herramienta de control para el dengue se agigantan: un grupo de científicos encontró un insecto que podría ser ahora la clave para contrarrestar la escalada del Ades Aegypti. Se trata de una chinche de agua que se alimenta de las larvas del mosquito vector, además de otras especies que transmiten enfermedades como la fiebre amarilla. El estudio, impulsado por científicos de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), indicó que los belostomas -tal como se conoce a esta especie de chinches- se podrían convertir en los nuevos controladores biológicos del mosquito ya que son autóctonos de la zona de Corrientes, una de las provincias argentinas más afectadas junto con Formosa y Misiones. Juan Pablo Tafussi, doctor en biología, explicó al diario Hoy de La Plata: “De comprobarse la función de especie controladora del aedes aegypti sería un paso muy importante en la lucha contra el dengue, ya que en el futuro evitaría utilizar varios químicos para la fumigación, que contaminan el medio ambiente”. El dengue cobró fuerza en el último mes. En especial, por los casos que se registraron en Paraguay (en ese país se declaró la epidemia y hay más de 16 mil afectados). La tarea de los investigadores es buscar la forma de utilizar la propia naturaleza como remedio y de esta manera evitar el uso de los potentes productos químicos para erradicar a los dípteros (mosquitos). Al parecer, estos tóxicos artificiales son cada vez son más complejos y causan mayores daños ambientales. En cambio, los belostomas parecen ser una alternativa real a las fumigaciones e insecticidas. Estos insectos son voladores, de un marrón amarillento y viven en lagunas y charcos, con suficiente vegetación que utilizan de soporte. Son predadores que se alimentan de invertebrados y vertebrados acuáticos y dentro su dieta no sólo se encuentran las larvas del Aedes Aegypti, sino otros invertebrados vectores de enfermedades de importancia sanitaria, como la encefalitis y la fiebre amarilla. De esta forma, podrá evaluarse la alternativa del control biológico, algo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para combatir plagas. Fuente: Télam.