Jueves 7 de Febrero de 2008, 08:48

Una mujer murió tras someterse a un implante mamario

| Sucedió en un centro de medicina estética del barrio porteño de Coghlan, hasta donde la mujer había llegado especialmente desde su país natal, con la intención de someterse a un implante mamario.

El caso, que ahora es investigado por la Justicia en un expediente caratulado por ahora como “muerte dudosa por criminalidad”, se produjo en las últimas horas del martes, en la clínica López Bandera, ubicada en la calle Pedro Ignacio Rivera al 2900, de Capital Federal. Fuentes policiales y judiciales indicaron que, aparentemente, la ciudadana española llamada María Barbero, divorciada, llegó desde su país a esa clínica -donde se operaron Florencia de la V y Julio Bocca, entre otros famosos- para realizarse una mastoplastía o cirugía mamaria. Según informes difundidos en los últimos meses, muchas personas de distintas partes del mundo eligen operarse en Argentina, dado que el costo resulta mucho más barato que hacerlo en sus países y la alta calificación del personal médico. Sin embargo, y tras recibir el implante mamario, Barbero se descompuso y murió alrededor de las 23 del martes por causas que deberán ser establecidas por los médicos forenses. La denuncia del hecho fue radicada en la comisaría 37 por Fabián Drovandi, sobrino de la mujer y vicecomodoro de la Fuerza Aérea Argentina con funciones en el aeropuerto de Ezeiza. En declaraciones periodísticas, Drovandi acusó a la clínica de haberle ofrecido dinero con el fin de que avale un certificado de defunción en el que se indicaba el deceso se había dado “por causas naturales”. La policía caratuló el hecho como “muerte dudosa por criminalidad”, con intervención de la fiscalía de instrucción número 49, a cargo del fiscal Mariano Solesio. Según se supo, el funcionario judicial ordenó una autopsia en el cuerpo de la mujer -que se realizó por la tarde- para intentar determinar las causas del fallecimiento. En tanto, el fiscal Solesio tenía previsto tomar declaración a la pareja de la víctima, también de nacionalidad española, que había acompañado a la mujer en el viaje para la operación. El abanico de hipótesis en torno a la muerte es bastante amplio todavía, dado que los resultados de la autopsia se conocerían hoy, junto con un examen toxicológico -solicitado por el fiscal-, que permitirá conocer si Barbero tenía algún problema de salud antes de la operación. En ese sentido, se conocerá si se trató de una muerte natural o de mala praxis por parte del médico que la operó, lo que implicaría al responsable en un caso de “homicidio culposo” o de “homicidio con dolo eventual”. Sin embargo, todavía todo se encuentra en etapa de investigación, no existen imputaciones formales y las primeras definiciones de la investigación comenzarían a producirse en cuanto la Justicia conozca las circunstancias exactas en que se produjo el deceso de Barbero. La situación de la economía argentina a partir de la crisis de 2001 permitió que durante los primeros años de este siglo XXI muchas personas de distintos puntos del mundo eligieran el país como un destino en el que podían combinar el turismo y las denominadas “cirugías exprés”, que aprovechaban para modificar su cuerpo a gusto. De este modo, los “tours” que proponen en un mismo viaje conocer las Cataratas del Iguazú y realizarse una liposucción, o visitar la Patagonia y hacerse un implante mamario, ya forman parte de la oferta turística vernácula. Todo se inicia en Internet, con una rápida búsqueda que permite encontrar una infinidad de variedades de combos que ofrecen “Cirugía estética + turismo”. Las empresas de servicio médicos ofrecen trasplantes capilares, estéticas y plásticas de todo tipo, cirugías bariáticas, tratamientos odontológicos, fertilización asistida, con paquetes que son “all inclusive”, con la posibilidad de contratar servicios turísticos extras. En promedio, en sus viajes los pacientes pueden gastar entre 5.000 y 6.000 dólares, una cifra mucho menor a lo puede pagarse en otras partes del mundo. Según sondeos privados, la mayor parte de los que utilizan este sistema son estadounidenses, seguidos de ingleses y españoles, aunque también los chilenos utilizan mucho este recurso. Entre cirugías y controles, los “turistas” aprovechan para realizar un “city tour” por Buenos Aires o una escapada al Tigre, entre otras opciones cercanas, aunque también hay algunos que se escapan a las Cataratas del Iguazú o a la Patagonia. “Es simple: viniendo a la Argentina teníla cirugía y un viaje turístico por menos de lo que en Estados Unidos hubiera gastado sólo en la cirugía”, dijo una ciudadana estadounidense de 62 años que usó el servicio.