Lunes 15 de Abril de 2013, 00:10

Urribarri: el predilecto de Cristina que quiere ser Presidente

| El Gobernador de Entre Ríos es una de las figuras que mayor sintonía política exhibe con la mandataria; ella lo elogia seguido y él adhiere fervientemente a sus consignas; gobiernan de modo similar, con entornos cerrados y puño de hierro.

Nadie en su gabinete puede hablar con la prensa sin su expreso permiso. Billetera del Estado mediante, su gestión disciplina a sindicalistas, jueces, empresarios y dirigentes políticos que huyen de la dividida y debilitada oposición para pasar a sus filas. Controla con meticulosidad y a través de colaboradores aplicados los medios de comunicación locales, siempre en manos amigas y a salvo de inoportunas investigaciones sobre algún eventual punto oscuro de su vida personal y patrimonial. Toma las grandes decisiones de gestión junto con un reducido círculo de asesores, entre los cuales sobresalen su esposa y uno de sus hijos varones. Tiene amplia mayoría en la Legislatura local para aprobar cualquier proyecto y frenar de cuajo cualquier cuestionamiento serio. Quiere ser Presidente, y para ello cuenta con guiños claros desde el mismísimo poder nacional. Podría tratarse, por cierto, de una descripción de aquel casi ignoto Néstor Kirchner que a principios de 2003 pugnaba por llegar a la Casa Rosada desde la Santa Cruz que gobernaba con mano de hierro. Al igual que él, el hiperkirchnerista Gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, sostiene en esta provincia un sueño concreto: "jugar en primera", como lo expresó en la inauguración de sesiones de la Legislatura provincial. Más allá de coincidencias y comparaciones con el fallecido ex presidente, desde la clase política, sindical y empresarial entrerriana no dudan: Urribarri es, a escala local, lo que Cristina Kirchner representa a nivel nacional. La estrategia de Urribarri es la lealtad absoluta y sin fisuras a la Casa Rosada. Un plan que le ha rendido frutos: ganó las últimas tres elecciones con amplio apoyo popular, consiguió fama de buen administrador sobre la base de obras públicas y manejo prolijo de las cuentas fiscales, y gracias a un discurso "nacional y popular" que agrada al kirchnerismo de paladar negro se posicionó como uno de los delfines confiables para suceder a la actual mandataria. Ella siempre le dedica frases elogiosas y casi siempre lo incluye en las delegaciones oficiales que viajan con ella al exterior, como hizo hace un mes para la asunción del Papa Francisco. De trato afable y campechano, con padres trabajadores y origen en la humilde localidad de Arroyo Barú, Urribarri construyó su carrera política derribando muros que parecían inexpugnables. Intendente de la localidad de General Campos a los 27 años, fue diputado provincial durante tres períodos, Ministro provincial y Gobernador de la mano de quien hoy es su máximo enemigo: el también peronista Jorge Busti. La crisis del campo de 2008, que lo alejó definitivamente de quien fue su mentor político y en la que tomó furioso partido por el Gobierno en contra de los productores, fue su plataforma de lanzamiento a las grandes ligas de la política nacional. Y como la lealtad en política se demuestra todos los días, Urribarri organizó a mediados del mes último un congreso de Gobernadores y dirigentes del kirchnerismo en el club Echagüe, en el que se habló de un plebiscito para reformar la Constitución y de que la Presidenta quede habilitada para un nuevo período. También firmó sin dudar, junto con el apoderado del PJ nacional Jorge Landau, una denuncia en la justicia electoral contra Francisco de Narváez y Margarita Stolbizer por presunta campaña política ilegal. El jueves último se mostró entusiasmado con que Entre Ríos "será protagonista de la democratización de la justicia" que impulsa la Presidente. "Es un fiel alumno de Cristina Kirchner. Cómo ella, ha hecho del "vamos por todo" la síntesis de su forma de gobernar", afirmó a La Nación el Diputado radical y Precandidato a Senador Atilio Benedetti. Todavía dolido por lo que considera "un intento por sacarme de la cancha", Busti cree que la lealtad de Urribarri a la Presidenta no es ni sincera ni efectiva. "Es el rey de los alcahuetes, y así y todo De la Sota dio más aumento a los empleados públicos que él", dispara. Busti, que ya había perdido cuatro intendentes que le respondían en octubre, despidió esta semana a sus dos únicos Diputados provinciales, (Horacio) Fabián Flores y Rosario Romero, que ya visitaron la Casa Gris. "Se creen que se salvan yéndose al oficialismo", refunfuña Busti. Con resignación, el ex mandatario denuncia: "No me permiten salir en los diarios locales ni de espaldas". Un conocido dirigente opositor, dos periodistas locales y un empresario importante coinciden al hablar sobre el círculo íntimo de Urribarri. Su esposa, Analía Aguilera, es una especie de "Ministro de Desarrollo Social en las sombras"; su hijo Mauro maneja el Senado provincial aunque nadie le conoce la voz y podría ser candidato en octubre, y su cuñado Juan Aguilera maneja la Cámara de Diputados. Varios agregan a ese círculo a Pedro Báez, ministro de Cultura y principal nexo con los medios de comunicación locales. Cuando La Nación quiso conocer la versión del gobierno entrerriano, las negativas fueron de lo más diversas. "El Ministro [Adán] Bahl está en Buenos Aires", dijo un vocero. "Cortá que el Ministro (José Eduardo) Lauritto ya te llama", mintió otro colaborador. "Ahora no estoy en la provincia y llego muy tarde. Llámeme mañana", dijo a LA NACION el ministro de Economía, Diego Valiero. Los tres resultaron inhallables, al igual que Báez y la secretaria de Comunicación, Maricel Brusco, a quien La Nación intentó visitar en su despacho el jueves, sin suerte. El campo, a esta altura, parece ser el único sector con fuerza para oponerse. "Lejos de defender la producción agropecuaria, hoy Entre Ríos es la provincia menos competitiva del país por la alta presión impositiva sobre los productores", afirmó a La Nación Luis Miguel Etchevehere, titular de la Sociedad Rural Argentina. "Lo que a él le da resultado, a nosotros nos daña", coincidió Alfredo Bel, titular de la Federación Agraria de Entre Ríos. Fuentes del sector hablan de dos vías para disciplinar productores: querellas en la Justicia a quienes protestan contra el revalúo inmobiliario y remates de campos a quienes no pueden afrontar el aumento. Otra voz opositora solitaria es la gremialista docente Alejandra Gervasoni, titular de Agmer-Paraná. "Los trabajadores de Salud y Educación son muy mal pagos, pero los sindicalistas le cubren las espaldas al gobierno provincial", denuncia. Ajeno a las críticas, y confiado en ganar las legislativas de octubre, Urribarri sigue soñando con ser en 2015 lo que Néstor Kirchner fue en 2003. ¿Hay plan B? "No me extrañaría que reforme la Constitución provincial y busque otro mandato aquí si su sueño de suceder a Cristina no se cristaliza", advierte Benedetti. Fuente: J. Rosemberg/La Nación.