Miércoles 10 de Octubre de 2007, 10:15

Von Wernich, el primer sacerdote condenado

| El sacerdote Christian Federico Von Wernich se convirtió ayer en el primer representante de la Iglesia Católica latinoamericana en ser condenado por su participación en crímenes cometidos durante la última dictadura.


Luego de compararse con Jesucristo en sus últimas palabras frente al tribunal, Christian Federico Von Wernich llamó a la reconciliación de los argentinos. Claro que lo hizo sin arrepentimiento previo ni reparación del daño como lo indica y exige la doctrina católica. Para la justicia Von Wernich operó durante la represión ilegal como un colaborador activo del esquema represivo bonaerense, con pase libre para descender a los centros clandestinos de detención para extraerles información a los testigos, según dio por probado el tribunal que lo juzgó. "Voy a estar rezando por tu alma", prometía el ex capellán de la Policía Bonaerense y confesor del ex jefe policial Ramón Camps a los detenidos desaparecidos que visitaba en los calabozos para "asistirlos espiritualmente" y "convertirlos". El objetivo era simple: llegaba casi siempre después de terribles sesiones de tortura y los interrogaba hasta lograr que delataran a sus compañeros y -en algunos casos- pasaran a integrar el Grupo de Tareas de las fuerzas represivas de La Plata, comandado por Camps y por el director general de Investigaciones, Miguel Etchecolatz, condenado el año pasado. Siempre con su mejor sonrisa se presentaba con sotana o una simple camisa ante las víctimas de la represión ilegal que rogaban clemencia y regalaba promesas de libertad a cambio de colaboración, según detallaron testigos y víctimas que sobrevivieron al horror. Pero los testimonios que terminaron de inculpar al sacerdote fueron los relacionados con el homicidio múltiple del llamado Grupo de los Siete, un conjunto de militantes jóvenes de Montoneros a quienes había logrado convencer, para que -bajo su "protección"- colaboraran con la maquinaria represiva platense. "De qué centros clandestinos hablan si yo entraba a todas partes sin tocar el timbre cuando visitaba a los subversivos en los destacamentos policiales y en los militares", se jactaba Von Wernich a poco de retornada la democracia, al justificar su paso por los centros conocidos Puerto Vasco, Coti Martínez y Pozo de Quilmes. Incluso, Von Wernich llegó a elogiar la represión ilegal de la dictadura argumentando que era "una guerra santa contra la subversión comunista". Fuente: NA.